Bloodborne y Dark Souls - Los secretos de su éxito

La publicación en Febrero de 2009, en exclusiva para PS3, de Demon´s Souls supuso el inicio de una de las sagas contemporáneas más particulares y que más pasión levanta entre los aficionados. From Software ha conseguido con Bloodborne y Dark Souls inventar su propio género, desgajándose del clásico juego de rol de acción.

Bloodborne es la última adición a la serie de títulos y aunque no es una continación directa de la historia o universo de Dark Souls es evidente quien está detrás y sigue siendo fiel a un estilo particular, un manera de encarar los juegos y los jugadores que si bien no es para todo el mundo, sí que está encandilando a mucha mas gente de lo que a priori podría suponerse.

No es solo que Bloodborne y Dark Souls llenen un vacio existente en el mercado, estos juegos van a contracorriente, suponen una vía alternativa a lo que el 95% de la industria ofrece y vienen a demostrar que los jugadores actuales son mucho más exigentes y críticos de lo que las cifras de ventas parecer hacer ver a veces.

5. Bloodborne y Dark Souls no te llevan de la mano

Bloodborne y Dark Souls no emplean mucho tiempo en explicar al jugador lo que tiene que hacer, muy al contrario, es este quien deber ir prestando atención y descifrar como funcionan las cosas y cuál es la manera de avanzar. En un mundo lleno de flechitas indicadoras, mapas llenos de iconos y tutoriales que despejan hasta el último secreto, Bloodborne y Dark Souls tratan al jugador no solo como un adulto, sino como un adulto con cerebro y capaz de descubrir las mecánicas de juego por sí mismo.

Depende del jugador el encontrar las mejores combinaciones de equipo y armamento para vencer a cada oponente y depende de cada jugador el explorar cada rincón de los escenarios para dar con esa puerta recondita o acceso a todo un nuevo nivel. En Bloodborne y Dark Souls From Software te da las herramientas y crea un sistema de combate que funciona y que responde, sin recursos baratos de ningún tipo, y eres tú el que debe usarlos con inteligencia y pericia.

4. La cohesión y personalidad de sus mundos

Si hay un detalle que destaca en tanto en Bloodborne y Dark Souls como en Demon´s Souls es el diseño de los niveles y cómo los mundos están estructurados. Junto con la historia, que trataremos en el siguiente punto, los mundos de estos juegos están perfectamente construidos y cada nivel o zona muestra interconexiones con otras, muchas no visibles a primera vista.

Hablamos de una estructura no lineal y que se manifiesta en tanto horizontal como verticalmente. Son áreas extremadamente complejas y que normalmente cuentan con un camino principal al que le siguen múltiples atajos y zonas secretas. Uno de los detalles que demuestra el nivel de dedicación de sus creadores es que a pesar de no tener mapa es rara la ocasión en la que un jugador se pierde en uno de estos niveles.

En Bloodborne y Dark Souls el escenario ayuda a dar una sensación épica de escala y el paisaje del fondo rara vez juega un papel meramente decorativo. Esos castillos en la lejanía en Dark Souls 2 o ese edificio victoriano de Bloodborne no son meras adiciones cosmésticas sino que forman parte del mundo y es muy probable que podamos, y tengamos que entrar en ellos y explorarlos.

No solo son obras de arte en sí mismas por su majestuosidad y belleza, los niveles en Bloodborne y Dark Souls participan de la acción. El jugador tiene que tener en cuenta dónde está a la hora de afinar su estrategía. En Blodborne sin ir más lejos me he visto más de una vez provocando a mis enemigos para atraerlos a una escalera empinada y poder despacharlos uno a uno.

3. La historia y como se presenta

En los videojuegos contemporáneos existen varias tendencias y prácticas a la hora de presentar las historias que están muy extendidas y que no siempre resuenan bien con los jugadores. La exposición directa y la linealidad tienen como efecto directo que la interactividad por parte del jugador se resiente. Las historias se cuentan directamente al jugador por medio de diálogo o cinemáticas.

En un medio cuyo motor diferenciador es justamente la interactividad esto puede llevar a que el jugador pierda interes o simplemente se aburra. Se nos da todo mascado dicho simplemente. Si a esto le unimos que en los juegos de rol de fantasía se tiende a copiar de otras fuentes el resultado es que en muchas ocasiones la historia no es lo suficientemente interesante como para que nos atrape en todo su desarrollo.

Bloobdorne y Dark Souls tienen otra manera de presentarnos la historia y en vez de usar un exceso de exposición directa (en algunos casos solo al principio para sentar un poco la base) lo que hacen es que la integran en el escenario y desarrollo del juego. La historia no se nos presenta sino que está ahí, en el mundo que nosotros debemos explorar. Depende enteramente de nosotros el que busquemos, encontremos y resolvamos todos las piezas del rompecabezas.

Así, cuando empezamos nuestra andadura en Bloodborne y Dark Souls solo se nos dan un par de pinceladas sobre dónde estamos y sobre quienes somos y cuál es nuestra misión. 10-15 minutos después y tras conocer por primera vez el sabor de la muerte obtendremos un poquito más de infomación y así sucesivamente. El mundo de Bloodborne y Dark Souls es un lugar plagado de recuerdos y señales del pasado y si miramos fijamente nos daremos cuenta de muchos detalles que ayudan a establecer el contexto de la historia.

2. Su diseño artístico y tono

Bloodborne y Dark Souls presentan un tono y diseño oscuro, de tintes terroríficos e muy intrincado. No estamos ante las fantasias brillantes de de Narnia o Dragones y Mazmorras sino más bien antes los pasajes más ocuros de El Señor de los Anillos, la saga Stormbringer (Portador de Tormentas) o la más moderna Juego de Tronos. Es un mundo lleno de personajes duros, parajes tenebrosos y una constante sensación de peligro.

Aunque es en Bloodborne donde esta dirección hacia lo oscuro y terrorífico es más evidente ya Demon´s Souls o los dos títulos de Dark Souls estaban marcados por el horror, no solo en los escenarios y enemigos sino incluso en la utilización (o no) de los sonidos y de la música.

Tanto el reíno de Lordran como la ciudad de Yharman se combinan perfectamente con la extrema dificultad y la frecuencia con la que moriremos. Son el escenario perfecto para el combate brutal y sirven como catalizadores de la enorme sensación de descubriemiento y satisfacción que el jugador obtiene al sobrevivir su paso por los mismos. Bloodborne y Dark Souls potencian la exploración y la aventura y todo el diseño de los juegos están enfocados a potenciar esta faceta.

1. Su combate y dificultad

El combate es el meollo fundamental de Bloodborne y Dark Souls, es lo que nos engancha y apasiona y es lo que evita que la extrema dificultad resulte injusta (o la sintamos como tal). En este apartado Bloodborne se diferencia enormemente de los anteriores títulos de Dark Souls al tener un enfoce distinto en lo relativo al ritmo y enfoque (además de haber cambiado el esquema de los botones por supuesto).

Mientras que en Dark Souls la combinación entre ataque y defensa era primordial para derrotar a nuestros enemigos en Bloodborne se nos estimula a ser mucho más agresivos a la hora de atacar y, sobre todo, contraatacar. Siempre que recibimos daño en Bloodborne podremos recuperar parte de la vida perdida si logramos colocar un ataque unos segundos después de haber encajado el primero.

En Dark Souls y Dark Souls 2 por su parte la clave para sobrevivir es identificar bien cuáles son los puntos vulnerables del enemigo y ajustar nuestros ataques convenientemente junto a las paradas y esquivas. La combinación entre defensa y ataque es primordial para eliminar a nuestros adversarios.

Igualmente en Bloodborne y Dark Souls el buen uso de las armas y equipo que tengamos es clave a la hora de perfilar nuestra estrategía. Una de las novedades de Bloodborne es que las armas tienen una forma secundaría, ya sea cambiando su alcance o infringiendo un daño distinto. Esto expande las posibilidades enormemente y como en Dark Souls, el sistema prueba/error es necesario para avanzar.

Si a esto le unimos una feroz mecánica de resistencia o vigor, presente en todos los títulos (y que debemos controlar en todo momento si no nos quereoms quedar si fuerza para atacar y esquivar al poco de entrar en combate) estamos ante uno de los sistemas de combates modernos más ricos y detallados de hoy en día. Un sistema progresivo en el que mejorarmos solo a base de experiencia y reflexión y que hace que estos juegas sean duros pero no injustos.