Cinco razones para (volver a) jugar a The Last of Us
The Last of Us Remastered está a la vuelta de la esquina, así que quizá es un buen momento para hacerse con él si no lo has jugado o para, simplemente, volver a jugarlo (en PS3, ojo, que tampoco hay que tirar el dinero).
Naughty Dog es un estudio que hace juegazos, o al menos lo ha sido en su etapa en PS3. Los tres Uncharted y The Last of Us son juegos soberbios, y eso que las sagas de Nathan Drake y la de Joel y Ellie son bien diferentes. Ahora que vamos a recibir una versión remasterizada de The Last of Us, quizá sea buena idea repasar por qué hay que jugarlo sí o sí.
Evidentemente, si lo tienes en PS3, a menos que el dinero te pique en el bolsillo, puedes volver a jugarlo tranquilamente en tu consola. Y si no lo jugaste en su día y tienes una PS4, qué mejor excusa que sus gráficos mejorados para hacerlo. No es como si hubiera ningún otro gran lanzamiento en verano...
Vamos allá.
Cuando hablamos de graficazos, podemos hablar de dos cosas: unos gráficos que sorprenden por su fotorrealismo o por lo atrevido de su estética, o por ambas cosas; o de gráficos que cuentan algo, que están ahí intencionalmente y ayudan a construir la historia, los personajes, a hacer la jugabilidad más interesante... Y The Last of Us usa ambas formas.
Seamos honestos, en PS4 se va a ver mejor, va a 1080p, a 60fps y tiene texturas y efectos mejorados, pero aún si se juega en PS3, he visto juegos de nueva generación que ya quisieran verse tan bien en todos los sentidos como se ve The Last of Us. Pasarán los años y este juego seguirá siendo un logro en su campo, sobre todo en una consola con 7 años de antigüedad.
Menudas ganas, por cierto, de ver lo que hacen Naughty Dog con Uncharted 4 en PS4.
Posiblemente, el aspecto más destacado por todo el mundo en el juego. La historia de The Last of Us es ese tipo de trama que mucha gente pide para que los videojuegos sean tomados más en serio. No es que nosotros pensamos así, que nos encantan las historias bobas, pero es verdad que Naughty Dog consiguió transmitir ese cruel mundo en el que habitan Joel y Ellie.
Y si consiguen hacerlo también es porque sus personajes están muy bien construidos. Aunque siempre hay algún cliché, se agradece ver que hay mujeres que lideran, que tiene posiblemente el mejor personaje homosexual jamás visto en un videojuego y que los humanos son tan monstruosos como esos enemigos implacables que hay en cada esquina.
Como en The Walking Dead, al final el virus es una mera excusa para explorar a unos personajes interesantes que viven en unas circustancias extremas. Poco importa que lo hayas jugado ya o que sea tu primera vez: este juego impacta siempre un poquito.
Jugablemente, The Last of Us no tiene nada realmente nuevo: el sistema de combate bebe de los Uncharted y la infiltración usa los sistemas típicos. Más interesante es el tema de mejorar armas y de construir objetos con los que defenderse, que es tan entretenido como usarlos para matar enemigos en silencio.
De ahí que jugarlo en el modo difícil o en el más difícil sea un ejercicio de perfeccionismo magnífico: los enemigos quitan mucha vida, hay muy pocas balas, muy pocos botiquines y es difícil construir objetos, además de que todo el mundo tiene los sentidos más agudizados.
Si ya te lo has pasado antes, recomiendo jugarlo en el modo más alto de dificultad, donde Joel no puede ver a los enemigos a través de los muros. Y si es tu primera vez, en serio, empieza en difícil: la experiencia es increíble.
Si decimos que jugarlo en difícil es interesante, no es solo por el hecho de ser difícil, sino porque la tensión del juego se agudiza muchísimo más. Poco importa que ya lo hayas superado una vez y más o menos sepas las caminatas que se dan los chasqueadores: volverán a darte un susto y a pillarte desprevenidos.
Este es otro de los fuertes del juego: pese a que su historia es lo más importante, casi más que la jugabilidad, esta consigue crear una tensión a través de la vulnerabilidad de los protagonistas y de que cualquier error puede revelar tu posición y echarte encima una decena de zombis o de señores enfadados con bates, tuberías o pistolas.
Pobre Joel, la de palos que recibe al final del juego no es ni medio normal...
Quizá es un poco arriesgado recomendar este juego por su final, porque The Last of Us se va construyendo poco a poco a través de momentos íntimos y de interacción entre personajes; pero si ya te lo has pasado, sabes de lo que hablamos. Su final es sobrio, es descorazonador y, lo mejor de todo, está abierto a interpretaciones.
No voy a dar más detalles sobre él porque no quiero arruinarlo, pero quiero creer que cualquiera puede sentirse muy identificado con los dos protagonistas del conflicto final y entender que, en estos casos, nunca hay una buena decisión: se tome la que se tome, siempre sale una parte dañada.
