Análisis de Hey! PIKMIN para Nintendo 3DS

Después de ser una franquicia dedicada únicamente a las consolas de sobremesa, Pikmin ha dado el salto a una portátil de Nintendo con un acercamiento atípico, una apuesta por los plataformas 2D que utiliza la doble pantalla de una manera distinta a cómo la usó Wii U. ¿Aguanta bien este traslado? Te lo contamos en el análisis de Hey! PIKMIN.

Aunque es evidente que estamos ante un Pikmin distinto, hay cosas que no cambian. El capitán Olimar vuelve al ruedo y vuelve a ser quien sufre un accidente en su nave que lo obliga a aterrizar en terreno inhóspito, en un planeta en el que necesitará acumular 30 mil unidades de lustronio si quiere ponerse en marcha otra vez, algo que solo podrá conseguir con la ayuda de los pikmin.

Empezamos el análisis de Hey! PIKMIN

A diferencia de las entregas anteriores, donde los días se iban acumulando y nuestras tropas podían descender al mínimo con un mal día, esta vez se ha apostado por un videojuego dividido por niveles y sectores en los que podremos acceder a pantallas secretas, zonas ocultas y que nos retarán a un jefe final. Olvidad los objetivos autoimpuestos, en 3DS toca abrazar una obra con una ruta mucho más dirigida con sus ventajas e inconvenientes.

Lo más diferente con respecto a los demás pikmin, más allá del cambio de género, es que en cada nivel manejaremos a uno o dos tipos distintos de criaturas durante la mayor parte de la aventura. Solo al final tendremos que gestionar tropas de distinto color y la dificultad de la aventura se centra principalmente en ofrecer niveles más complejos, coleccionables más ocultos y rompecabezas más elaborados. Esto es algo que suma puntos en el análisis de Hey! PIKMIN, aunque solo en parte.

Hey! PIKMIN acierta en su propuesta, pero no es ambicioso

El objetivo clave de nuestra aventura es hacer que las unidades de lustronio lleguen a 30 mil, algo que será posible solo si obtenemos todos los coleccionables de cada nivel, donde algunos necesitarán ser cargados por un número determinado de pikmins hasta llegar a Olimar y otros directamente tendremos que alcanzarlos utilizando el propulsor de nuestro capitán. Conseguir todos los ocultos de cada nivel y desbloquear las pantallas ocultas en cada sector es el verdadero reto en Hey! Pikmin.

Por desgracia, el juego hace un uso bastante pobre de las posibilidades que ofrece el uso de la doble pantalla, donde muy pocas veces nos tocará atender a dos situaciones que ocurren simultáneamente, arriba y abajo. La gestión de cada obstáculo es calmada, algo que sumado al pobre abanico de tipos de pikmin del que disfrutaremos en gran parte de nuestro periplo da como resultado una obra que te lleva bastante de la mano, donde los retos son casi opcionales.

Con qué nos quedamos de Hey! PIKMIN

âââââââPese a que el plantemiento de Hey! PIKMIN sea original y logre ofrecer una experiencia que recuerda a la de los otros tres títulos de sobremesa, nuestro protagonista es poco ambicioso y no se atreve a ponernos en verdaderos problemas. Estamos, pues, ante un videojuego que pretende que estemos relajado y vayamos disfrutando del viaje, sin entrar en quebraderos de cabeza mayores. En esto último, se agradece que deje controlarse con un par de botones y el lapiz táctil, donde además hay que decir que existe la posibilidad del control para zurdos.

Por otro lado, sigue siendo difícil mirar a otro lado cuando un juego que nos obliga a utilizar dos pantallas pocas veces le saca partido a esa función. Incluso nos atreveríamos a decir que las versiones primerizas de Nintendo 3DS (las anteriores a las New), sufren más de la cuenta en los desplazamientos laterales, causando bajones en la tasa de imágenes por segundo bastante acusados. Si queréis una entrega que emule a la rama troncal pero en portátiles no la encontraréis, pero si buscáis una aventura sin pretensiones, calmada y para pasar el rato, Hey! Pikmin cumple sin problemas.