Análisis de Avatar: Frontiers of Pandora - Siente el mundo de James Cameron a través de tu avatar
Analizamos Análisis de Avatar: Frontiers of Pandora, un título que nos invita a sentir el famoso mundo de James Cameron a través de nuestro propio avatar na'vi
Catorce años después del nacimiento de la saga cinematográfica, Ubisoft reúne a varios de sus estudios para traer a nuestras consolas y PC todo el espectáculo y la belleza del mundo más hermoso de James Cameron. Una propuesta de la que te hablamos en nuestro Análisis de Avatar: Frontiers of Pandora. Siente el mundo de James Cameron a través de tu avatar y vive una experiencia inolvidable a manos de la mejor Ubisoft.
Análisis de Avatar: Frontiers of Pandora
Pocas sagas cinematográficas piden tanto a gritos ser convertidas en videojuegos como Avatar. Recuerdo perfectamente estar sentado en el cine en la Navidad de 2009 y soñar con poder moverme por ese mundo maravilloso, primero a los mandos de alguno de los muchos vehículos militares de la RDA y, posteriormente, tras ver el palo del que iba la gente del cielo, montando un ikran o galopando sobre un nefastéquido en la piel de un Na'vi. Mucho ha tenido que llover para que el sueño se haga realidad, y ha sido Ubisoft la que se ha encargado al fin de convertir toda la imaginería de Cameron en un juego que no te dejará indiferente.
Sobre la mesa, Avatar: Frontiers of Pandora bebe de la fórmula de Far Cry: Acción de mundo abierto en primera persona con elementos RPG. Sin embargo, lo hace con varios peros y añadidos que consiguen que la propuesta se sienta mejor, más inspirada en el mundo de Pandora y menos automatizada que las dos últimas entregas de una saga de videojuegos que, personalmente, siempre me ha gustado. Ubisoft vuelve a presentar un escenario de juego mastodóntico que funciona mejor gracias a los Ikran, y juega con la versatilidad de su diseño para ofrecernos una serie de biomas, rincones, flora y fauna sacados directamente del rico universo de Avatar.
Esos malditos humanos
La historia de Frontiers of Pandora nos pone directamente en la piel de una -o un, o une- niña na'vi que, junto a otros compañeros, ha sido 'rescatada' del abandono de sus padres. A través de cinemáticas que sirven de prólogo, vemos cómo son criados bajo la supervisión de John Mercer, de la RDA, hasta que la resistencia liderada por Jake Sully pone en apuros la presencia humana en la zona y tratan de acabar con su proyecto matando a los niños, ya convertido en adolescentes creciditos. No voy a destriparos mucho más de la situación, que tiene su miga, pero dieciséis años después nuestra protagonista y sus amigos salen al fin a pandora, donde tendrán que encontrar su propio lugar ya sea ayudando a los na'vi a recuperar su planeta, buscando una solución intermedia con ayuda de la resistencia o vengándose de esos sucios y malditos humanos.
Ubisoft juega muy sabiamente con los elementos de la saga cinematográfica e invita al jugador a aprender y comprender todas las costumbres y habilidades na'vi que hacen que Frontiers of Pandora vaya más allá de ser un nuevo capítulo de la saga Far Cry. La recolección, las construcción y la caza están presente una vez más, pero desde un prisma totalmente diferente que cuaja a la perfección con la naturaleza de nuestra protagonista. Recolectar recursos como frutas, corteza, musgo, ramas o raíces ya no será tan sencillo como pulsar un botón cuando veamos cosas brillando. Lejos de eso, tendremos que usar nuestra guía de campo y el mapa para saber dónde crecen estos recursos, la vista de Eywa para encontraros en la zona, y luego nos enfrentaremos a distintos minijuegos que nos ayudarán a recolectar estos recursos 'delicada,ente' de forma inmaculada para conseguir los mejores productos con la más alta puntuación.
La caza también adopta un punto de vista más na'vi, invitándonos a hacernos con nuestras presas de forma clemente y rindiendo respetos antes de hacernos con su valiosa carne y pieles. Un enfoque que se mantiene hasta la fabricación, que nos obligará a cocinar los productos en una cocina con su correspondiente cinemática para cada plato, o fabricar nuestros nuevos arcos y piezas de equipo en una mesa de trabajo y no en cualquier sitio de forma automática. Son pequeños detalles que hacen que la sensación mejore y nos sintamos parte de este fantástico universo que ya nos conquistó en el cine. La doma del ikran, con el que tendremos que crear un vínculo en una de las misiones más impactantes de la primera mitad del juego y la sensación de surcar los cielos son la guinda de un pastel que demuestra que los galos han puesto mucho mimo en rendir homenaje a las películas de las que toman referencias para construir su experiencia jugable.
Explorando un mundo virgen
La exploración es uno de los elementos del juego que mejor funcionan gracias al diseño de su mundo y a una dirección artística que quita el hipo y convierte los escenarios de Frontiers of Pandora en los más hermosos que hemos visto jamás en un juego de Ubisoft. Desde el principio en la zona de jungla y densos bosques movernos por este amplio escenario aprovechando la velocidad y agilidad de nuestra na'vi es una delicia. Sin llegar a ser ese parkour de Assassin's Creed o Mirror's Edge, los movimientos de nuestra protagonista son rápidos, fluidos, y permiten encadenar huidas y avances espectaculares aprovechando los elementos del terreno y las habilidades de los ancestros. Poderes que iremos desbloqueando según encontramos ciertas plantas y que nos permitirán rebotar en las paredes, hacer caídas perfectas deslizándonos al tocar el suelo y aprovechar el sigilo.
Sin embargo, todo esto gana muchos enteros una vez hemos avanzado en la campaña principal tras jugar varias horas y convencemos a la hija de Ka'nat para que nos enseñe a vincularnos con Eywa y poder así vincularnos con nuestro ikran. A poco que os gusten las películas de Avatar, el momento de montar a lomos de una de estas fantásticas criaturas es todo un goce. Uno que modifica totalmente la exploración y movilidad dentro del inmenso escenario, que de pronto se vuelve pequeño al poder movernos por él a toda velocidad. Ascender bajo la lluvia de un día gris, atravesar la capa de nubes y alcanzar un mar blanco bañado por el sol, volar a toda velocidad entre árboles milenarios o usar a nuestro ikran en combate aprovechando el arco para volar los rotores de las naves enemigas y luego rematarlos con el afilado pico de nuestra montura es, sencillamente, delicioso.
Eliminando a esos molestos humanos
El combate en Avatar: Frontiers of Pandora es uno de los puntos más fuertes del juego, especialmente cuando vas avanzando y descubriendo nuevas armas y habilidades. Ubisoft nos propone dos opciones: aprovechar el arsenal de la RDA y usar armas de fuego como escopetas, rifles automáticos y lanzacohetes, o bien abrazar nuestra naturaleza na'vi y usar armas tradicionales sin perder así nuestro vínculo con Eywa en el proceso. Ambas opciones pueden usarse a la vez, y lo cierto es que las dos son igual de gratificantes, aunque confieso haberme decantado por las armas propias de Pandora.
Usando las armas de fuego el apuntado es menos preciso, aunque en principio el poder destructivo es mayor. El problema es que usando este tipo de arsenal perdemos la ventaja del sigilo, lo que antes o después te lleva a probar con las armas na'vi. Y es entonces cuando el tema se pone más interesante. Los primeros arcos, casi inútiles contra las exoarmaduras de la RDA, pronto dan paso a una honda capaz de lanzar explosivos, un lanzador de lanzas que puede atravesar el duro blindaje de las exoarmaduras, y arcos potentes que pueden parar a un cabezamartillo en carrera a cien metros.
El sigilo se convierte así en la mejor opción, sobre todo al familiarizarnos con los puntos débiles de cada vehículo de la RDA. Entrar en un puesto de noche bajo la lluvia y comenzar a eliminar infantería primero, hackear exoarmaduras y sacar a los soldados de su interior de un fuerte tirón, o directamente disparar a los refrigeradores de la espalda y ver cómo explotan es tremendamente grato, tanto como cumplir las misiones en sigilo total o perder el norte y empezar a masacrar a todo bicho viviente, eso sí, en nombre de Eywa y la libertad.
Un espectáculo en todos los sentidos
En lo técnico, Ubisoft se deja la piel con un mundo enorme plagado de rincones espectaculares a la altura de una saga que no ponía las cosas precisamente fáciles en este sentido. La iluminación, el diseño de cada palmo de terreno, las criaturas, los propios na'vi, las cuevas, los fenómenos meteorológicos, la fauna y la flora... Todo luce increíble en la versión probada en Xbox Series X con una serie de cambios de tono entre el mundo virgen y las zonas contaminadas por la polución que también contienen su parte de encanto. Moverse por Pandora es delicioso, especialmente de noche, cuando la flora brilla en toda su luminiscencia, o bajo el sol en las praderas a lomos de un nefastéquido con el que disfrutar de los amplios espacios.
La música y el doblaje en español cumplen su parte con unos diálogos complicados por las particularidades del acento na'vi, pero que ofrecen un resultado más que a la altura de lo que propone Frontiers of Pandora. Terminan este apartado un rendimiento sólido y una experiencia en la que no hemos sufrido ningún bug, ni de importancia ni de otro tipo, más allá de la necesidad de 'refrescar' el juego reiniciándolo tras varias partidas aprovechando el quick resume.
¿Merece la pena?
Avatar: Frontiers of Pandora no es un juego libre de fallos. Algunos momentos se hacen cuesta arriba con secundarias que aportan poco y encaergos que se hacen pesados, no faltan los diálogos 'raros' que cuentan demasiado de algunos personajes o rozan l vergüencita ajena, y en ocasiones los na'vi resultan casi infantiles en su necesidad de depender de los extraños, haciéndonos sentir más como un avatar humano venido de lejos que un na'vi de pleno derecho. Sin embargo no dejan de ser problemas menores normales en un título del calibre y tamaño de Frontiers of Pandora.
Así que sí: Avatar Frontiers of Pandora merece mucho la pena tanto si eres fan de la película como si disfrutas de la fórmula Ubisoft de juegos de acción en primera persona o quieres terminar el año con este lanzamiento que pone el broche de oro a un 2023 de lujo antes de un 2024 que no viene nada mal. Déjate seducir por la belleza de Pandora, piérdete en su propuesta de ensueño y, sobre todo, acaba con esos malditos humanos.
