Análisis de Diablo IV - La saga inmortal recupera su camino

    Blizzard vuelve a la carga con un nuevo episodio que mejora en todo a sus predecesores. Te lo contamos en nuestro Análisis de Diablo IV: La saga inmortal recupera su camino

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    Tras muchas pruebas, betas y ajustes, la cuarta entrega de la saga inmortal de Blizzard es una realidad. Casi 27 años después de su primera entrega, el mundo de Santuario luce ahora mejor que nunca como escenario de la batalla entre el Arcángel Inarius y Lilith, la hija del Odio. Si quieres saber más sobre esta gran aventura de ángeles y demonios, te lo contamos en nuestro análisis de Diablo IV: La saga inmortal recupera su camino en una evolución que logra emocionarnos.

    Análisis de Diablo IV

    Mucho ha llovido desde el lanzamiento del primer Diablo de la mano de Blizzard North en 1996. Un título que marcaría una forma de entender no sólo el mazmorreo, sino también el ARPG desde una perspectiva muy diferente del concepto RPG japonés y de esas aventuras occidentales en primera persona que intentaban hacernos sentir como el protagonista de la historia. El caldo de cultivo previo era excelente, y los finales de los 90 y principios de milenio se vistieron de Diablo recibiendo algunos de los mejores RPG de fantasía del catálogo del videojuego.

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    Interplay aprovechaba para modernizar su Infinity Engine, y tras los primeros Fallout junto a Black Isle daban un salto cualitativo inspirando sus nuevos títulos en el multiverso de Dungeons & Dragons. Icewind Dale y Planescape se unían a Baldur's Gate de Bioware para crear una amplia colección de juegos que hicieron las delicias de los jugones más roleros del momento. Mientras, Blizzard continuaba apostando fuerte por Santuario, su nuevo escenario narrativo, y en en el año 2000 superaba las expectativas con el lanzamiento del que para muchos fue -hasta ahora- el mejor episodio de la saga: Diablo II.

    Durante varios años, Blizzard e Interplay compitieron codo con codo junto a Richard Garriott para ofrecer a los seguidores del género la mejor experiencia posible. Grandes años y grandes videojuegos que todavía guardan su hueco en la memoria de los usuarios que tuvimos la suerte de disfrutar de esos tiempos, aunque luego la cosa se diluyó poco a poco...

    ...Hasta ahora

    Los últimos días jugando a Diablo IV han sido un regreso a esos viejos buenos tiempos. Un viaje al pasado en el que el conjunto se siente bien, todo está situado donde debe y el mensaje llega claro y directo al jugador. La vieja jugabilidad de siempre abraza de la mejor manera el multijugador online en un mundo compartido en el que la historia cobra ahora más importancia que nunca. Una decisión acertada al estar ante uno de los argumentos mejor trabajados de la saga. Una trama que aprovecha todos los elementos a su alcance para crear una experiencia que poco tiene que envidiar a una buena serie de televisión o una saga de películas de fantasía de calidad.

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    Santuario está ahora más lleno de vida y personajes que nunca para ofrecer un mundo vivo que sufre las consecuencias de la resurrección de Lilith. Diálogos, misiones, submisiones, eventos y búsquedas se cimentan en la trama principal para enriquecer su lore y dar sentido a todo lo que vemos y sentimos a los mandos. Así, apoyándose en la tradición judeocristiana, Blizzard reconstruye su mundo, un entorno ya conocido, para dar más importancia al jugoso trasfondo de su historia.

    Para ello, Diablo IV ofrece una gran cantidad de cinemáticas con un diseño artístico sobresaliente que se adapta a la perfección a lo que siempre tuvo que ser Santuario. El doblaje en castellano, las animaciones de los personajes, la gran calidad de las cinemáticas y del diseño de los campeones y los enemigos se unen a un trabajo igualmente sobresaliente en las melodías y los sonidos ambientales para recrear un mundo muy diferente al que conocemos y en el que vamos a querer pasar muchas horas.

    La saga inmortal recupera su camino

    Diablo IV hace suyo el dicho de 'los experimentos, con gaseosa' y ofrece una propuesta de juego que bebe de sus entregas anteriores en lo jugable. Blizzard nos brinda así un ARPG en tercera persona de perspectiva isométrica en el que es fácil reconocer las señas de identidad que nos enamoraron den Diablo II. Los controles permiten que sea el jugador quien personalice la experiencia al ofrecer un sistema de asignación libre. Al principio sólo podemos usar un tipo de ataque o habilidad que deberemos asignar de entre las opciones disponibles, pero más adelante desbloquearemos cinco controles más en los que poder equipar el resto de ataques y habilidades activas. Y ojo, porque no van a ser precisamente pocas. Los árboles de habilidades de cada personaje van creciendo según vamos avanzando en la aventura ofreciendo ataques cada vez más potentes, pasivas más ventajosas y habilidades de área y efecto que convertirán a nuestro personaje en una pequeña fuerza militar.

    En este sentido es de aplaudir cómo Blizzard ha trabajado en la versatilidad de todas las clases para permitir una gran variedad de builds. Cada clase es única y tiene sus propios ataques, habilidades, puntos fuertes y debilidades, pero a la vez todas son válidas para acometer la aventura en solitario o formar parte de un grupo en el que todos sus miembros tienen algo que decir y aportar a la experiencia. Desde el bárbaro a la pícara, la nigromante, el hechicero y los druidas, todos tienen una evolución muy bien equilibrada que hace que puedas elegir sin miedo a tu personaje favorito. Puedes escoger al que mejor se adapte a tu forma de juego y subirlo a tope para llegar al final de la aventura eligiendo dónde invertir tus puntos de habilidad y cómo especializarte.

    Tras los pasos de Gauntlet y Dandy

    Diablo IV ofrece una experiencia múltiple que puede ser disfrutada de muchas formas, pero el núcleo duro sigue siendo el mazmorreo más puro y duro que ya en su momento ofrecieron títulos como Dandy o el más conocido Gauntlet. Coger nuestro arco, hacha, garras, espada o bastón y enfrentarnos a hordas de enemigos mientras alzamos a los muertos, usamos habilidades de sombra, nos convertimos en lobo o entramos en berserker sigue siendo tan gozoso en 2023 como lo fue a principios de los 80. Una actividad liberadora en la que además podemos rolear a gusto, disfrutar acompañados de nuestros amigos y sentir la aventura como una campaña de rol clásico, de ficha y dados, disfrutando de las múltiples recompensas en forma de mejor equipo y monedas mientras tratamos de pararle los pies a Lilith y sus legiones de demonios y seguidores.

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    Diablo IV pone así el acento en la acción con unos combates perfectamente equilibrados y enfocados a lo que necesita cada jugador. La inclusión de varios niveles de mundo que van incrementando la dificultad se une al balanceo por nivel de jugador y número de miembros de cada equipo para dar como resultado la experiencia perfecta, 100% personalizable. Si quieres ponerte las cosas difíciles y rankear cuanto antes para estar preparado para la entrada en los Campos de Odio, elige un nivel de mundo alto y prepárate para convertir tu aventura en toda una odisea. Si prefieres disfrutar la campaña en solitario, elige los niveles más bajos y no bajes la guardia ante los enfrentamientos contra bosses y enemigos grandes.

    Una evolución que nos emociona

    Más allá de sus combates y su acción. Diablo IV presenta una campaña llena de cosas por hacer que deja que sea el jugador el que vaya marcando el ritmo de su gesta y decida qué paso dar a continuación. La trama principal se divide en diversas misiones que podrás cumplir en el orden que quieras, y no faltan por supuesto las misiones secundarias, los eventos que nos permitirán ganar óbolos especiales y una gran cantidad de mazmorras propias de cada clase, pequeñas mazmorras, peticiones y alguna que otra sorpresa que irás descubriendo por ti mismo una vez empieces tu periplo en Santuario.

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    Por si todo esto fuera poco, Blizzard ha puesto especial mimo en los jugadores para permitir que construyan su build favorita con un montón de opciones a la hora de personalizar y mejorar equipo. Esto, unido a la personalización de cada clase y la posibilidad de cambiar el aspecto de cada pieza de armadura y armas, hacen que puedas modificar a tu personaje en lo visual y en su rendimiento para conseguir su mejor versión, aquella con la que te sientas más a gusto. Una excusa como cualquier otra que te obligará a explotar esos contenidos extra más allá de la campaña y que se alejan de la monetización diablesca de otras entregas para conseguir que todos los jugadores sean iguales y abandonando al fin el pay to win tan odiado en los MMORPG.

    ¿Merece la pena?

    Diablo IV ha llegado por la puerta grande y se ha convertido en uno de los mayores éxito de Blizzard a pocos días de su lanzamiento. Ha habido algunos malentendido con el juego y la necesidad de pagar Plus o Gold para poder jugar offline, aunque todo apunta a que se puede jugar sin suscripción, ha habido mucho mareo con esta información que no ha terminado de quedar clara. Quitando este detalle, la nueva entrega de Diablo IV es un caramelito que promete horas de diversión, ya sea con amigos o en solitario. Técnicamente, jugado en Xbox Series X, el juego corre sin despeinarse aunque haya muchos personajes y enemigos en pantalla, cada uno usando una habilidad o tipo de ataque. Sí que hemos notado algún parón por la conexión pero de forma muy puntual y sin llegar a afectar a la partida ni a cortar la experiencia.

    Activision Blizzard

    En definitiva, Diablo IV recupera todo lo que Blizzard North hizo bien en su momento y olvida las malas decisiones de Diablo III y Diablo Inmortal para ofrecer una experiencia muy potente para todo tipo de jugadores. Combates equilibrados, dificultad personalizable y una campaña sobresaliente con un doblaje espectacular son las claves de este regreso que te tendrá pegado a los mandos mucho, mucho tiempo.

    Si necesitas ayuda con el juego, no olvides echar un ojo a nuestras guías:

    9

    Pros y contras

    • Historia y cinemáticas
    • Rendimiento y diseño artístico
    • Jugabilidad sólida
    • Necesidad de estar conectado

    Diablo IV

    Disponible desde 6 june 2023

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