Análisis de Like a Dragon: Infinite Wealth - Un imprescindible del JRPG moderno
Analizamos la segunda aventura de Kasuga Ichiban en Like a Dragon: Infinite Wealth: Un imprescindible del JRPG moderno
Ryu ga Gotoku muestra su mejor cara tras la marcha de Toshihiro Nagoshi y ofrece un trabajo impecable en el lanzamiento del nuevo episodio de la conocida saga yakuza. ¿Realmente merece la pena? ¿Qué han hecho tan bien? Te lo contamos en nuestro Análisis de Like a Dragon: Infinite Wealth. Un imprescindible del JRPG moderno protagonizado por Kiryu Kazuma y Kasuga Ichiban.
Análisis de Like a Dragon: Infinite Wealth: El día a día en Ijincho
Infinite Wealth comienza poco después de los acontecimientos vividos al final de Yakuza: Like a Dragon. Ambientado en el barrio de Ijincho, kasuga y compañía disfrutan de los laureles de su victoria y trabajan por ver cumplidos sus sueños. Sin embargo la cosa no iba a durar: tras una serie de acontecimientos los meses van pasando y el bueno de Kasuga termina siendo enviado a Hawai.
La historia toma un giro considerable y nos ofrece un escenario de gran tamaño plagado de posibilidades, actividades, submisiones y toda la pesca habitual en la saga. A pesar de ir por trabajo, Hawai se siente como unas vacaciones en las que todo es posible. Ni siquiera la dureza del principio consiguen frenar el buen ánimo de Kasuga, que tras hacer su primer amigo y reencontrarse con Kiryu, forma grupo junto a dos nuevos personajes para cumplir su misión y plantar cara a los sindicatos del crimen de Honolulú.
Checklist de vacaciones
Hawai se muestra como uno de los escenarios más ambiciosos de la saga en lo que respecta a actividades por hacer. Nuevas máquinas en los arcade, nuevas canciones en el karaoke y clásicos como el shogi, el mahjong y los dardos se unen a retos fotográficos, tranvías llenos de tíos turbios, un crazy taxi de reparto de comida y mil actividades más para convertir esta nueva aventura en unas más que merecidas vacaciones.
No faltan las experiencias extras, esos juegos dentro del juego que Ryu ga Gotoku suele ofrecer con sus lanzamientos. En esta ocasión nos encontraremos con tres experiencias a cual más completa: un tour por los recuerdos que nos trae momentos de todos los títulos de la saga desde el primer Yakuza de 2005. Una liga Sujimon que a pesar de su componente paródico es todo un pokémon en sí mismo con sus incursiones, sujiparadas, gimnasios y torneos. Y, por último, Isla Dondoko, un juego de farmeo y construcción en el que no faltan las batallas, la gestión y las submisiones.
Un imprescindible del JRPG moderno
Infinite Wealth consigue conectar todas sus piezas para que sean el telón de fondo perfecto a su género JRPG modernizado. los combates se suceden con un gran dinamismo y la posibilidad de movernos por un área limitada para aprovechar distintas estrategias. lanzar enemigos contra otros enemigos, golpearlos contra un compañero para que lo remate, estamparlos contra la pared o aprovechar el mobiliario urbano como arma improvisada es sólo el principio.
Los tres estilos de lucha de Kiryu: rápido, camorrista o bestia, se adapta a cualquier situación y nos permite ajustar el estilo de juego a la vez que subimos la afinidad de equipo para conseguir que los compañeros continúen los ataques sin perder su turno. No faltan las invocaciones, los especiales, los objetos de batalla, las curaciones ni un montón de técnicas para cada clase que podremos aprender en Alohappy desbloqueando distintos trabajos según conseguimos inspiración en sus excursiones y guías turísticas.
El JRPG se convierte en una de las mejores bazas de infinite Wealth con un combate ágil y dinámico plagado de gags en el wue no hay tiempo para el aburrimiento. No obstante, siempre puedes contar con la posibilidad de activar la batalla automática, aunque te estarás perdiendo el gran trabajo que se ha hecho en unos combates que, ahora sí, se han convertido en los mejores de JRPG que hemos disfrutado en redacción.
Mucho por ver
La historia de Infinite Wealth se convierte en la más potente de la saga con un corte adulto y maduro que da auténticas bofetadas para luego recatar de la desesperación al jugador gracias al buen rollismo de Kasuga y su equipo. El argumento juega con la risa, el llanto y hasta el horror de forma exquisita, consiguiendo elevar el nivel altísimo de las entregas anteriores y consiguiendo que lo que se narra en pantalla llegue a través de todas las herramientas del equipo de desarrollo.
Para ello, Infinite Wealth cuenta con tres escenarios: Honolulú, Ijincho y, como no, Kamurocho, cambiando el ritmo y el tono de uno a otro rincón y consiguiendo que sea imposible no quedar atrapado en su historia. El pasado de la saga se une al presente y marca un claro camino hacia el futuro mientras las diferentes situaciones, combates y actividades van consiguiendo crear distintas emociones y estados de ánimo ene l jugador.
Infinite Wealth en lo técnico
Jugado en Xbox Series X, el trabajo de Ryu ga Gotoku Studio en Infinite Wealth es sencillamente sobresaliente. Destaca especialmente Hawaii y sus rincones turísticos que al caer la noche, especialmente cuando llueve, se convierten en todo un portento gráfico. Las animaciones, expresiones faciales y gestos se mantienen hasta en la batalla, haciendo que sea un gustazo disfrutar del juego a nivel visual.
Un gran trabajo que alcanza el rendimiento a prueba de bombas y un apartado sonoro más que a la altura. nuevas y viejas canciones, podcasts y las voces en japonés e inglés del juego se unen a unos subtítulos localizados al castellano que siguen manteniendo el humor y el descalabre habituales en la saga.
Un indispensable en tu ludoteca
No encuentro pegas que ponerle a este nuevo episodio de Like a Dragon, uno del que esperaba mucho y que, aún así, ha terminado ofreciendo aún más. Sobresaliente en lo jugable, en lo técnico y en la narración, Like a Dragon: Infinite Wealth ofrece una historia profunda que atrapa de principio a fin, una gran cantidad de guiños a los jugadores de siempre, un plantel de personajes tan grande como único y un homenaje sin par a la saga que está a punto de cumplir 20 años. Si te gustan los buenos videojuegos, no lo puedes dejar escapar.