Contrabando en Elite Dangerous - Guía con los mejores trucos

La de un pirata es la vida mejor. Ya lo decía el infame capitán Garfio, y en Elite Dangerous no iba a ser menos la cosa, y menos con su ambiciosa propuesta de juego. Si quieres convertirte en Han Solo y hacerte de oro, te traemos nuestra guía de contrabando en Elite Dangerous con trucos y consejos.

Primer truco de contrabando en Elite Dangerous

Si ya te has leído nuestros consejos de combate en Elite Dangerous sabrás que la nave es una parte importante del juego, pero no lo es todo. Dale un repaso a nuestra guía con la mejor configuración gráfica para Elite Dangerous: Rendimiento y FPS, y así no sólo tendrás una nave rápida, sino también un equipo que no pegue bajones en los momentos más importantes. Este es nuestro primer truco: priorizar rendimiento y velocidad.

Trucos de contrabando en Elite Dangerous

• Prioriza velocidad, bodega y protección: Puede que las armas te saquen de una escaramuza con los piratas, pero si la federación detecta tu carga no habrá cañón láser que te ayude. Consigue una nave rápida con buenos propulsores, bodegas para tu carga y buena protección para aguantar los disparos mientras huyes.
• Al día de las noticias: mantente al día de la situación en la galaxia. Evita zonas de fuerte presencia militar o de la Federación y aprovecha sistemas aislados y en caos para vender tu carga.
• Mantén el perfil bajo: No llames la atención, sobre todo si tienes el compartimento de carga hasta los topes. Evita entrar en batallas, participar en actos colectivos y demás. Una vez te deshagas de la carga puedes hacer lo que quieras.

• Aprende para una vida legal: muchos comerciantes 'honrados' comenzaron sus días como piratas y contrabandistas. Aprovecha tus trapicheos para hacer fortuna y aprender cómo funciona el mercado. Luego da el paso a la carga legal y podrás hacerte amigo de Imperio y federación realizando donaciones 'desinteresadas'
• Juega con amigos: si tienes que realizar entregas peligrosas no dudes en contra con la ayuda de amigos que te cubran las espaldas. Siempre podéis repartir luego las ganancias.