Análisis de Starfield - Todd Howard y su equipo firman su obra culmen

Tras muchos años de espera y con el tren del hype volando alto, Bethesda lanza al mercado el que para muchos, entre los que me incluyo, es su mejor juego. Una mezcla de nuevas ideas y lo que mejor han hecho en su historia para crear algo que se siente diferente, mejor y más redondo. Te lo cuento en nuestro Análisis de Starfield: Todd Howard y su equipo firman su obra culmen con una space opera que ofrece el mejor roleo de la compañía en un escenario incomparable.

Análisis de Starfield: empieza tu camino en las estrellas

Starfield empieza su propuesta con un pequeño prólogo que sirve para poner las primeras piezas de su ambicioso proyecto. Unos minutos que bastan para maravillarse con el nuevo aspecto de su motor gráfico y cómo han cuidado muchos de los elementos que, hasta el momento, no habían llegado a dominar. La expresión facial de los rostros, la contundencia de los trajes espaciales y una iluminación mejorada se dan la mano con el espectacular doblaje en castellano para dar una primera impresión que funciona como tarjeta de visita para querer quedarnos a ver más.

Tras estos primeros compases llega el momento de crear a nuestro personaje, y una vez más, todo se ve mejor, más fluido y potente visualmente que en juegos anteriores. Las posibilidades de crear a tu avatar en las estrellas son enormes, el mimo por los rasgos, los tatuajes, el maquillaje, los tipos de piel y las marcas del pasado hacen que todo sea posible mientras eliges peinados, rostros y complexión para luego dar forma a todo con las muchísimas opciones de personalización. Una vez acabado lo físico llega la bueno: trasfondos y rasgos. Un cuidado apartado que nos permitirá elegir el pasado de nuestro personaje y sus habilidades iniciales junto a un montón de locuras como las que ya ofrecieron en new vegas que nos permitirán potenciar la aventura y adaptarla a nuestro personaje.

No sé cuánto tiempo pasé en el gestor de personaje, pero te recomiendo que hagas lo mismo: lee todos los trasfondos y rasgos, piensa en qué personaje vas a querer rolear, y luego dale un par de giros de tuerca a lo que mejor te va a venir en la partida. las posibilidades son muchas, y las habilidades, también. Social para los que prefieren hablar para solucionar los problemas, combate para los amantes del gatillo, tecnológicas para los que disfrutan con el trabajo bien hecho y el sigilo, y por supuesto físicas para los tanques y científicas para los que quieran descubrir todos los secretos.

Rumbo a la aventura

Tras crear a tu personaje Starfield coge ritmo plantándote en medio de una enorme ciudad futurista en pleno Alpha Centauri. Contemplas todo con ojos de turista, intentando comprender lo que sucede a tu alrededor, escuchar las conversaciones, tratar de ubicarte en este sinsentido futurista... y así, poco a poco, vas conociendo a los primeros personajes que, a pesar de no tener importancia ate la campaña principal, luego vas a seguir viendo en esta o tras ciudades y van a seguir contándote sus historias. Starfield demuestra desde el primer momento que su intención es que sientas la aventura, y es a través de estos encargos aparentemente sin importancia que te invita a ir profundizando en su lore preparándote para lo que a de venir.

Y ojo, porque lo que viene es enorme. Tras tomarle el pulso a Nueva Atlántida y comenzar, al fin, a seguir su campaña principal, Starfield va soltando su magia y metiéndonos en mil situaciones según avanzamos la trama, nos perdemos en cadenas de misiones secundarias y descubrimos mil historias desde los múltiples enfoques de las múltiples facciones que encontraremos en las estrellas. Afortunadamente las facciones no se convierten en grupos de colegio peleando porque seas su amiwi. Lejos de medidores, métricas de amistad y demás, nos encontramos con una historia sólida, bien integrada, en la que es más fácil que nunca decidir sobre la marcha e ir marcando el camino con unos y otros según nos apetezca continuar. Colaborar con unos y otros, descubrir su punto de vista sobre la vieja guerra civil y el armisticio, nos ayudará a vivir situaciones realmente alucinantes que toman lo mejor de muchos géneros consiguiendo que Starfield se sienta como muchas experiencias en una, todas igualmente atractivas y que aportan mucha variedad a la propuesta.

Haciendo pupa al enemigo

El combate ha mejorado, y mucho, respecto a lo que pudimos disfrutar en su última evolución para Fallout 76. Se echa en falta el VATS de primeras, pero en cuanto le pillas el truco a parapetarte y usar la mochila propulsora, la cosa mejora y te permite disfrutar de unos enemigos que huyen, se parapetan, buscan refuerzos y tratan de flanquearte a la mínima. Una IA que mejora respecto a títulos anteriores y que convierten el gunplay en algo sólido y, sobre todo, muy gratificante mientras pasamos de un arma a otra en busca de la mejor opción. Armas de todo tipo conforman un catálogo tremendo en el que no faltan las posibilidades de mejora en banco de trabajo para juguetear con cañones, gatillos, culatas, empuñaduras, ópticas, cargadores y todo lo que se te pueda ocurrir.

Y si el combate a pie -y propulsado con la mochila- convence, los enfrentamientos a los mandos están a otro nivel. Prepárate para un montón de enfrentamientos en los que tendrás que redirigir la energía de la nave a los distintos sistemas, elegir el arma correcta para cada situación y perseguir a los enemigos por el espacio a tiro limpio mientras la tripulación realiza las reparaciones con piezas de nave para recuperar los sistemas caídos. Los daños hacen mella en los distintos aparatos de tu nave -y las de tus enemigos-, inutilizando las armas, destruyendo los motores o, peor aún, dejándote sin motor gravitacional y sin posibilidades de saltar a otro sistema.

Muchas cosas por comentar

Bethesda vuelve a ofrecer sus distintas cámaras, y añade una mas para que puedas jugar en primera persona -recomendadísimo-, con la cámara al hombro o con la cámara en la espalda según la situación y tus preferencias. Una vez en la nave, podemos alternar entre vista de cabina y cámara trasera para conseguir imágenes alucinantes, o directamente sacar el modo foto y apurarlo al máximo con los rincones estelares que vamos a visitar. cambiar de cámara es tan sencillo como pulsar el botón select -el de los cuadraditos- en cualquier momento, aunque el modo foto nos pedirá salir al menú de pausa cuando vayamos a pie.

Dentro de los elementos tradicionales, llama la atención como han cambiado algunos clásicos como la mecánica de abrir cerraduras, la subida de nivel o las lesiones. En el primer caso, las cerraduras se convierten en una serie de interesantes minijuegos a forma de puzle en la que tendremos que elegir la llave correcta en la postura correcta para ir desbloqueando pestillos. El desbloqueo de habilidades al subir de nivel nos obligará a cumplir ciertos requisitos para poder desbloquear el siguiente, y las lesiones... qué maravilla las lesiones: caer de cierta altura te expondrá a romperte un tobillo, sufrir un esguince, dislocarte un miembro o hasta romperte un hueso. Los planetas con condiciones extremas te llevarán a sufrir hipotermia, congelación, quemaduras, problemas respiratorios y otras lindezas. Y sí, por supuesto, en combate sufriremos heridas, hemorragias, laceraciones y, contra formas de vida alienígenas podremos contagiarnos de distintos tipos de parásitos y enfermedades. ¿La gracia del asunto? Que para curarnos tendremos que usar distintas medicinas y recursos, no bastando con usar un botiquín o dormir un rato.

Todo muy bien presentado

Técnicamente Starfield llama la atención por un apartado visual muy trabajado, una iluminación impresionante y un gran apartado artístico. A nivel de rendimiento han optado por separar las zonas y cargarlas de forma individual según accedes a ellas, lo que ha demostrado ser la mejor decisión de diseño para no afectar al juego y ofrecer un resultado tan pulido como interesante. El doblaje es espectacular, al nivel de una banda sonora original que ofrece temas de todo tipo para ambientar cada distinta zona y momento del juego.

Mención especial merecen los motores de construcción de naves y puestos. Dos motores muy intuitivos que están a años luz de lo que ya pudimos disfrutar en Fallout 76 gracias a lo intuitivo de su control y a lo bien que quedan sus resultados. La construcción y el housing ofrecen el mejor resultado hasta la fecha en un juego de Bethesda gracias a un gestor muy pulido que permite hacer casi cualquier cosa. A esto se une la necesidad de usar recursos para crear puestos y mobiliario, todo un incentivo a la exploración espacial que termina por conectar todos sus modos de juego y posibilidades.

Todd Howard y su equipo firman su obra culmen

Starfield toma los pilares de Fallout y Elder Scrolls y los blinda en una nueva IP que sabe ir mucho más allá de lo que la compañía ha logrado ir en el pasado. Lejos de intentar ofrecer un simulador de vuelo espacial, Bethesda vuelve a la carga con una gran aventura, un potentísimo RPG que nos invita a crear nuestro propio camino en las estrellas con momentos plagados de acción, combates y batallas intergalácticas. Un título que marca un nuevo estándar de calidad en el estudio y que esperamos que con el paso del tiempo se convierta en la primera entrega de una potente saga.

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