Análisis de The Evil Within 2 - Cambiando el rumbo pero no la esencia

La primera aventura de Sebastian Castellanos en el The Evil Within original tuvo muchas presiones. Suponía el regreso de Shinji Mikami como director de un juego de terror, alguien a quien no veíamos tomar el timón desde Resident Evil 4, y al mismo tiempo debía ser todo lo que hacía tiempo que no estaba siendo la mítica franquicia de zombies.

El resultado fue una obra atropellada, con muchos momentos de genialidad pero sin la actitud suficiente como para ser algo más. Ahora, con Mikami como productor y con John Johanas como director, que ya se encargó de los dos DLC del juego original, tenemos una secuela con mucha más personalidad y con un planteamiento distinto, pero que le sienta mucho mejor. Empezamos el análisis de The Evil Within 2.

Análisis de The Evil Within 2

Lo primero que hay que apuntar en esta secuela es que toca olvidarse de la linealidad. The Evil Within 2 abraza un acercamiento más abierto en el que nos movemos por distintas zonas con un objetivo principal, sí, pero también con muchas otras localizaciones donde explorar, conseguir una munición que nos será muy necesaria y conocer todas las caras del terror.

Porque a pesar de que nos movamos por entornos relativamente abiertos cada casa, cada almacén y cada pequeña porción de terreno están cuidados de tal manera que nada sabrá como una misión opcional. En todas y cada una de las localizaciones a visitar se han dispuesto las piezas a conciencia para que el miedo no nos abandone, y además en muchas de ellas daremos con algunas de las mejores partes del juego y con multitud de secretos.

En The Evil Within 2 toca ser un carroñero

Mencionábamos la exploración como algo importante porque The Evil Within 2 sigue rescatando la voluntad de survival horror del primer juego. Aquí nunca iremos sobrados de munición y será recomendable que vayamos mejorando nuestras habilidades, por eso desviarse del camino unos instantes tiene todo el sentido del mundo.

Porque sí, Sebastian podrá incrementar sus estadísticas y desbloquear nuevas habilidades (y armas, que hay un montón) con el gel verde que sueltan los enemigos, y de hecho es algo que tomará bastante relevancia en fases más avanzadas de la aventura en las que tendremos que aprender a sacar el máximo partido de nuestros recursos. Pero de nosotros dependerá qué queremos ser: una sombra sigilosa, un monstruo del combate, un portento físico con mucha más vitalidad y energía para correr. En The Evil Within 2 siempre marcamos el camino.

The Evil Within 2 supera casi en todo al original

Aunque lo más destacable de este The Evil Within 2 es que la suma de sus partes, su nueva fórmula, da como resultado un videojuego mucho más divertido y ágil que el original, nunca sacrificando el terror en el camino. La libertad que nos da elegir dónde ir y la convicción que nunca dejaremos de ser la presa de esta pesadilla dan con un cóctel adictivo del que es difícil no querer pegar otro sorbo.

Quizás se pierda un poco la opresión artística del primero, donde la sangre y el metal puntiagudo y ruidoso ofrecían una experiencia asfixiante, pero no podemos negar que The Evil Within 2 no tenga estilo. De hecho es una de las producciones con más voluntad artística de 2017 y, aunque aquí vengamos a pasar miedo, también os garantizamos que algunas de las panorámicas del mismo son para quedarse boquiabierto.

The Evil Within 2 es una sólida secuela

El terror nunca termina de abandonarnos, la experiencia es retadora, hay margen para tomar nuestro propio camino y libertad para elegir dónde ir. The Evil Within 2 es un firme candidato al mejor videojuego de terror de 2017 porque aunque empieza atropellado, una vez cambia de marcha ya no vuelve a aflojar en sus casi veinte horas de partida.

Si queréis pasar miedo, disfrutar de un buen survival horror y apostar por un videojuego que toma como referencia a grandes títulos como The Last of Us, Resident Evil o State of Decay, sin duda The Evil Within 2 es el candidato ideal. Entrad y quedaros, y sobrevivid si podéis.