Ori and the Blind Forest Análisis - Juego y arte

Ori and the Blind Forest no llega para revolucionar el género Metroidvania, pero ofrece una profundidad como plataformas que no se ha visto en mucho tiempo, y es toda una delicia jugarlo.

Los primeros compases de Ori and the Blind Forest no son su mejor baza. Diez minutos de una secuencia interactiva que busca ser emotiva presentando a los personajes y sus motivaciones en realidad no conforman nada representativo de lo que luego será el juego. Ori and the Blind Forest es un placer jugable, y eso se descubre con el paso del tiempo.

No pasa mucho hasta que empezamos a ver de qué va en realidad la cosa, de que Ori es lo único que veremos durante las siguientes horas y de que será responsabilidad de quien sujeta el mando el hacer que llegue a buen puerto, a cumplir con una misión que no está muy clara en ningún momento pero que la propia construcción del juego te lleva a cumplir.

Ori and the Blind Forest es mucho más que fondos bonitos

Lo más evidente de Ori and the Blind Forest es su apartado audiovisual, uno de esos juegos que podrían entrar en el eterno debate de si esto es arte o no, ya que muchas de sus facetas se ven representadas por muy buenos exponentes de diferentes artes. Los fondos dibujados a mano, las animaciones de Ori y todo lo que vemos en pantalla, acompañados de una banda sonora de órdago son la mejor carta de presentación de esta obra.

Pero lo que en realidad llama la atención de Ori and the Blind Forest es la calidad con que conecta lo que vemos en pantalla con lo que sentimos en las manos, esa forma en que nos hace dominar todas las vertientes posibles de un plataformas para avanzar por mundos enrevesados y llenos de peligros.

Exploración 2D, acción y plataformas, o Metroidvania

De eso es de lo que trata un género que siempre se asocia al gran Super Metroid o a la combinación de géneros nacida también tras Castlevania Symphony of the Night. Hay muchos grandes exponentes y con el regreso de los géneros perdidos gracias al ámbito indie nos hemos encontrado con mucha calidad entre Guacamelee, Teslagrad, Shadow Complex o Dust: An Elysian Tail, y Ori and the Blind Forest consigue colocarse como una obra maestra del género.

Tiene un sistema de subida de niveles camuflado entre puntos de habilidad que potencian el ataque o determinadas características de navegación o exploración de Ori, pero no llega a apuntar a las Stats como lo haría un Castlevania. Tiene un mundo complejo y con zonas bien diferenciadas accesibles sólo a partir de conseguir determinadas habilidades, pero interconecta esas zonas tanto como un Metroid de cara a favorecer el backtracking y la exploración menos lineal.

Ori and the Blind Forest tiene decenas de secretos que nos harán volver atrás en más de una ocasión y plantea muchas formas diferentes de completar la aventura entre tiempos límite, al 100% o sin habilidades, pero donde realmente brilla es a la hora de darnos todas las formas diferentes de salto que hemos podido ver en un videojuego.

Ori and the Blind Forest: Anatomía del salto

Hay combate y hay habilidades relacionadas con él, pero Ori and the Blind Forest se centra en diseccionar el salto en todas sus vertientes y hacer que el jugador lo asimile para que las maniobras más complicadas no sean parte sólo de lo opcional, sino que el camino principal también está bien surtido de retos.

Salto, doble salto, triple salto, rebote en pared, deslizamiento por pared, escalada, salto potente, planeo, impulso desde enemigos, impulso desde proyectiles, impulso potente desde pared,... Hemos visto muchas veces esta cantidad de habilidades, pero nunca se nos había hecho aprovecharlas y combinarlas de tal forma. Ori and the Blind Forest comienza como algo simple, pero luego sabe hacer que disfrutemos de las maniobras más complejas.

Además, su diseño de niveles está tan bien planteado que en el momento de conseguir una nueva habilidad, la misma zona está creada para que el jugador no pueda salir de ella si no queda claro que ha asimilado ese nuevo concepto. Tutoriales sin palabras, sin repeticiones forzosas, y eso es un indicador de un diseño de niveles a la altura de los mejores.

Un imprescindible del género Metroidvania, e incluso una buena opción para empezar

Precisamente esta forma de facilitar el aprendizaje a la vez que regalamos al ojo y al oído con ese apartado artístico sobresaliente, es lo que hace que Ori and the Blind Forest sea tan apto para todos los públicos. Un jugador ajeno al género puede llegar a aprender mucho de este juego y puede llegar a combinar botones de formas que no creería posible.

Mientras, el jugador más experimentado se encontrará de igual forma con un buen reto, con la sorpresa de que, a pesar de que es relativamente fácil hacer un Metroidvania que sea efectivamente entretenido, este es, sin duda alguna, de los mejores que se han creado nunca.

9.5

De plus- en minpunten

  • Sus fondos dibujados a mano
  • Su espectacular banda sonora
  • Las animaciones de Ori, de lujo
  • Todas las formas en que nos hace saltar
  • Su historia no es para tanto, emoción forzada
  • Que no te devuelva a antes del punto de no-retorno al completar una partida para conseguir el 100%

Ori and the Blind Forest

Disponible desde 11 march 2015

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